El decir adiós al sol, el mar y la libertad de no mirar los correos electrónicos a menudo puede sentirse como el fin del mundo. No hay nada como una dosis de Septiembre parar querer dejarlo todo y abrir una escuela de yoga en una isla griega.

Pero no todo tiene que ser pesimismo, hoy te contamos 6 consejos para que la vuelta a la rutina laboral esté llena de objetivos que cumplir y muchas ganas por nuestra parte.

 

1. Haz coincidir el trabajo con tus ritmos naturales. Trata de coordinar las tareas difíciles con los tiempos en que tienes más energía. Si eres una persona más activa por la mañana, por ejemplo, no empieces por los correos electrónicos en la mañana. Empieza por aquellas tareas que requieran un mayor esfuerzo por tu parte.

 

2. Repensar las reuniones. Nos asistas a demasiadas reuniones. Antes de aceptar una reunión, pregunta cuál es el propósito y lo que el organizador necesita de ti. Las reuniones deben ser para la toma de decisiones y la discusión, en lugar de intercambio de información, por lo que si todo el mundo se prepara correctamente, lograremos acortarlas y ser todos más productivos.

 

3. Dar prioridad a tu estado de bienestar. El bienestar es la columna vertebral de la productividad en el trabajo y de una vida satisfactoria fuera de él.  La felicidad, los niveles de estrés, la confianza y la sensación de seguridad, están estrechamente vinculados a la mezcla que hagamos entre trabajo y vida personal.  Por tanto el equilibrio entre tu vida (hijos, ejercicio, hobbies,..) y tu trabajo debe ser una prioridad.

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4. Trabajar menos. Los adictos al trabajo no son héroes. Ellos no salvan el día. Nadie toma decisiones buenas cuando está cansado. 35/40 horas es un techo que no deberíamos superar como norma general. 

 

5. Decir no con gusto. Nadie va a proteger tu tiempo y tu productividad por ti. Todas las reuniones de las que realmente no necesitas ser parte, cada hilo de correo electrónico que no necesitas seguir, y todas las demandas de tiempo por parte de los demás que no son necesarias hay que evitarlas. Haz del "no" un valor para que el "sí" sea respetado y codiciado.

 

6. Hacer un plan de acción para empezar el “curso empresarial”. Establecer objetivos y líneas de tiempo, identificar los recursos que se necesitan, supervisar su progreso y compartir el plan con otros para que se sientan responsables.