Este artículo está dedicado a aquellas empresas  que desean reducir los gastos que se repiten cada mes. 

A continuación veremos que ahorrar es posible si cambiamos la mentalidad y aplicamos algunos cambios en el funcionamiento de nuestra empresa. Si conseguimos mantener esta cultura del ahorro en el largo plazo, disfrutaremos de unas cuentas más saneadas y podremos tener más tranquilidad e incluso plantearnos invertir con el remanente generado para mejorar nuestro negocio.

 

1. Electricidad: Contratar la potencia adecuada

Es habitual que los proveedores de electricidad tiendan a que contratemos una potencia mayor a la que necesitamos.

Esto quiere decir que hay que comprobar la potencia contratada y revisar si realmente la necesitamos. Si hubiera una diferencia importante, habría que solicitar a la compañía eléctrica que nos cambiara la potencia, esto no es gratis, pero con el tiempo puede suponer un ahorro.

Sin embargo no debemos pasarnos en recortar potencia, pues entonces la luz saltará cada rato y si solicitamos un nuevo cambio de potencia, deberemos pagar de nuevo.

 

2. Bancos: Comisiones

Hay bancos que nos cobran comisiones por el simple hecho de tener el dinero en la cuenta y una tarjeta de débito. Desde hace varios años existen bancos alternativos sin comisiones, o que al menos cobran bastante menos que la banca tradicional. Estos bancos comenzaron dando servicio solo a través del teléfono e Internet, pero ahora mismo muchos de ellos disponen de una red propia de oficinas o de cajeros para realizar operaciones.

 

3. Teléfono: Voz IP                                    

Hablar a través de Internet abre un gran abanico de posibilidades: facilita las comunicaciones y podemos hablar a través de diferentes dispositivos, sin estar unidos a la red telefónica.

Al utilizar la conexión a Internet, podemos prescindir de líneas adicionales, que tienen un coste mensual elevado. Además podemos elegir aquel operador de Voz sobre IP que más nos interese en cada momento, logrando ahorrar hasta el 90% en el consumo telefónico.

 

4. Finanzas: Separa tus finanzas personales de las finanzas de la empresa                                    

Ponte un sueldo para ti como director de tu empresa y evita mezclar tus cuentas con las de tu empresa. Un error común muchas veces es tomar dinero de nuestro negocio para asumir gastos personales o usar tarjetas de crédito personales para asumir costes de la empresa, lo cual no es para nada beneficioso si queremos que nuestra empresa prospere.

 

5. Subvenciones: Consultar subvenciones o bonificaciones fiscales

No vamos a concretar subvenciones o bonificaciones, ya que cambian continuamente y surgen periódicamente. Lo que sí te aconsejamos es que no cuentes con ellas como una forma de financiación para tu empresa. Solicítalas, pero no hagas cálculos con ese dinero, ya que la concesión es compleja y tarda tiempo. En el caso de que llegara el dinero que sea bienvenido, pero no lo esperes como “agua de mayo”.

En cuanto a las bonificaciones fiscales una asesoría te podría informar sobre qué bonificaciones son más beneficiosas para tu empresa.

 

6. Proveedores: Analizar si son los adecuados

¿Estoy comprando a los proveedores que realmente me convienen? Analizar si sus precios, la forma de pago, etc. son los idóneos.

Así, con determinados proveedores (grandes, fuertes y caros) hay que valorar la calidad de sus servicios. Pero también hay que tener en cuenta si el precio pagado y la forma de pago son adecuadas con respecto a lo que recibimos de ellos.

 

7. Papel: la oficina sin papeles

Digitalizar nuestros documentos para poder acceder a ellos  vía web, supone un ahorro muy importante porque no hay gastos de papel, de almacenaje y manipulado, entre otros, además de los relativos a la rapidez de procesos y a la gestión de información. Sin embargo, debemos tener en cuenta que la digitalización supone un coste, el cual será ampliamente amortizado con el tiempo.

 

8. Outsourcing: externalización de recursos

Hoy en día, se ha perdido el miedo a externalizar partes del negocio.

Un ejemplo de outsourcing que supondría un ahorro es compartir comerciales entre varias empresas que tienen el mismo público, así el sueldo y los gastos de ese comercial se divide entre las empresas. Así por ejemplo, se puede pensar en contratar un comercial con gran experiencia, que sería imposible tener en plantilla si sólo lo contratara nuestra empresa.

 

9. Gastos deducibles: renting y leasing

Con el renting podemos renovar los equipos cada cierto tiempo (coches, ordenadores…) a un precio mejor que si no utilizáramos este sistema.  Y tiene la ventaja de que es un gasto deducible. Mientras que el leasing permite usar bienes y equipos en régimen de alquiler, con opción de compra. Las cuotas que se pagan van a la cuenta de resultados y en el impuesto de sociedades el gasto es deducible.

 

10. Asesoría jurídica: que te proteja frente a la Administración

Cada vez es más habitual que las empresas reciban la presión de los órganos inspectores de Hacienda y Seguridad Social. En algunos casos estos procesos inspectores terminan con el levantamiento de un Acta de Sanción, Liquidación de cuotas, etc. Tan importante es estar bien representado en el proceso cómo a la hora de reclamar esas actas.

Todo empieza por hacer bien tus impuestos o tus nóminas, pero el plus de tener una asesoría que te respalde en los tribunales puede ahorrarte muchas preocupaciones y sobre todo mucho dinero.